Home > Destacados > Soberanía contra agroindustria: Lo que está en juego en la prohibición de los OMG en México

En una decisión histórica para la biodiversidad y la soberanía alimentaria, México ha aprobado una reforma constitucional que prohíbe la siembra de maíz modificado genéticamente (OMG). La reforma de los artículos 4 y 27 consolida la posición de México como centro de origen del maíz y promueve los cultivos tradicionales a través del sistema de la milpa, protegiendo uno de los cultivos básicos más importantes del mundo. Esta reforma llega tras la disolución de las declaraciones presidenciales de 2020 que buscaban prohibir la importación de maíz transgénico para consumo humano y animal, así como la eliminación gradual y prohibición del glifosato, a principios de febrero de 2025. La disolución se produjo después de que los tribunales del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) fallaran en contra de México en estos decretos presidenciales.

La reforma al artículo 4 de la Constitución mexicana dice «México es centro de origen y diversidad del maíz, elemento de identidad nacional, alimento básico del pueblo mexicano y base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos, su cultivo en el territorio nacional debe estar libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas que superen las barreras naturales de reproducción o recombinación como los transgénicos.» Con el artículo 27, estas reformas reconocen explícitamente al maíz como elemento de identidad nacional y alimento básico del pueblo mexicano, en particular de las comunidades indígenas y afromexicanas. La ley prohíbe su modificación genética, afirmando la responsabilidad de México como guardián de la diversidad del maíz para el mundo.


Foto: Navdanya International

Aunque la prohibición del cultivo de maíz transgénico representa un avance crucial, se produce tras el retroceso de declaraciones políticas anteriores que pretendían prohibir tanto el glifosato como las importaciones de maíz transgénico para 2024. Exponiendo las contradicciones y compromisos a los que México se ha visto forzado por EEUU.  En febrero de 2025, el gobierno mexicano levantó la prohibición de importar maíz transgénico, tras la intensa presión ejercida por Estados Unidos y el sector agroindustrial en el marco del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC). Tras la presión de los grupos de lobby de la agroindustria estadounidense, el gobierno de Estados Unidos demandó a México por violación del acuerdo T-MEC, iniciando una larga disputa legal de varios años sobre el tema. En diciembre de 2024, el panel de disputas del T-MEC falló a favor de los exportadores de maíz estadounidenses, argumentando que las restricciones de México a las importaciones de OMG violaban los acuerdos comerciales y no proporcionaban suficiente justificación científica para una prohibición. Este fallo es emblemático del bioimperialismo, en el que las políticas comerciales internacionales y la ciencia corporativa se convierten en armas para anular las regulaciones nacionales que protegen la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el conocimiento tradicional. Un fallo que representa un debilitamiento de la soberanía alimentaria del país, manteniendo a México enredado en un sistema de comercio global que prioriza los beneficios corporativos por encima de las preocupaciones ecológicas y de salud pública.

Además, la reforma constitucional de México no se produjo sin la resistencia de poderosos intereses agroindustriales y una amplia presión política estadounidense. La presión para imponer el maíz transgénico en México forma parte de un modelo más amplio de imperialismo agrícola, en el que los intereses empresariales dictan las políticas agrícolas en todo el mundo. Los países que se resisten a la adopción de OMG suelen enfrentarse a represalias económicas, desafíos legales y presiones diplomáticas que a menudo inclinan las políticas internacionales a favor de los intereses corporativos.

Contrastes con el CDB

La reforma constitucional de México coincide con la conclusión de la cumbre COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica.Esta convergencia pone de relieve una coyuntura crítica en la política mundial de biodiversidad, especialmente en lo que se refiere a los mecanismos de financiación, la biología sintética y el uso de la Información de Secuencia Digital (DSI).La COP estableció el «Fondo de Cali», un fondo mundial destinado a garantizar que las empresas que se beneficien de la DSI contribuyan a la preservación de la biodiversidad. Se anima a las empresas que alcancen determinados umbrales financieros a que aporten un porcentaje de sus beneficios o ingresos a este fondo, destinando al menos la mitad a apoyar a los pueblos indígenas y las comunidades locales. Aunque el fondo puede facilitar y promover una mayor manipulación genética bajo la apariencia de financiación de la conservación, no deja de ser una medida para obligar a las grandes empresas a pagar por datos digitales a los que acceden principalmente de forma gratuita. Datos extraídos de zonas de gran biodiversidad como México, por ejemplo.

La biología sintética también fue un tema clave en esta COP del CDB, con una continua apertura y promoción de esta tecnología. Esto indica que el CDB podría estar a la defensiva cuando se trata de regular técnicas de manipulación genética e información de riesgo. La apertura de la biología sintética y el enfoque singular en la generación de fondos de DSI en el CBD también marca un alejamiento de la verdadera regulación de tecnologías muy riesgosas que afectan principalmente a las regiones más biodiversas del mundo.

La reforma mexicana contrasta con los marcos globales surgidos de la COP16 que, si bien promueven la financiación de la conservación, también podrían abrir vías para la manipulación genética de los recursos naturales. Este contraste plantea importantes dudas sobre las diferencias entre las políticas internacionales y los intereses nacionales para conservar la soberanía alimentaria y la biodiversidad.


Fhoto: Fernanda Estrada González

Una postura firme en medio de la desregulación mundial de los OMG

Frente a las tendencias mundiales, la decisión de México de prohibir el cultivo de maíz transgénico sirve de modelo clave para proteger la biodiversidad nacional. Al consagrar constitucionalmente esta prohibición, México no sólo protege su rico patrimonio de maíz, sino que también afirma su soberanía sobre las prácticas agrícolas. Esta medida desafía la tendencia predominante de desregulación de los OMG que se está produciendo actualmente en todo el mundo.

Por ejemplo, el gobierno de Nueva Zelanda ha propuesto cambios significativos en su normativa sobre OMG, con el objetivo de eximir a ciertos organismos genéticamente modificados de los controles existentes. Mientras que Nueva Zelanda ha prohibido históricamente la plantación de OMG, el nuevo plan legislativo sugiere eliminar una subclase de plantas, animales y microbios editados genéticamente de la normativa sobre OMG, lo que significa que estarían exentos de las evaluaciones de riesgo previas a la comercialización, los requisitos de trazabilidad y el etiquetado de OMG. Este planteamiento se basa en el supuesto de que estos organismos modificados genéticamente también podrían surgir de la cría convencional, por lo que no necesitan una regulación especial. Un argumento que Navdanya International, entre otros, ha desacreditado por completo como manipulación del lenguaje para eludir las normas de bioseguridad.

Sin embargo, esta propuesta se ha enfrentado a las críticas de científicos independientes. Un informe del Centro de Investigación Integrada en Bioseguridad de la Universidad de Canterbury, dirigido por el Profesor Jack Heinemann, advierte de que, si se aprueba el proyecto de ley, Nueva Zelanda tendría uno de los marcos normativos sobre OMG más permisivos del mundo.

La Unión Europea también ha sido foco de numerosos debates sobre la desregulación de los OMG y la adopción de organismos editados genéticamente. Aunque históricamente la UE ha mantenido una postura reguladora estricta sobre los OMG, los últimos acontecimientos indican un cambio significativo hacia la desregulación, en particular en lo que respecta a los cultivos editados genéticamente. En febrero de 2024, el Parlamento Europeo votó a favor de flexibilizar la normativa sobre nuevas técnicas genómicas (NGT), permitiendo efectivamente que determinados cultivos editados genéticamente eludan los requisitos previos de evaluación de riesgos de los OMG.Aunque se mantienen algunas restricciones -como la exclusión de los cultivos editados genéticamente resistentes a los herbicidas y la prohibición de que las empresas patentan semillas NGT-, esto marca una considerable tendencia desreguladora en Europa. Grupos de defensa del medio ambiente y de los agricultores, como Navdanya International, han criticado duramente esta decisión, argumentando que prioriza los intereses de la agroindustria sobre la sostenibilidad ecológica y la soberanía alimentaria.

Esto viene a demostrar que, mientras otras naciones debilitan sus marcos reguladores bajo la presión de la industria, la postura de México reafirma la importancia de la toma de decisiones democrática en las políticas agrícolas.

Navdanya Internacional en resistencia al bioimperialismo

En marzo de 2024, Navdanya Internacional, en alianza con grupos de la sociedad civil mexicana y varias secretarías mexicanas, organizaron una serie de eventos en México centrados en la resistencia al imperialismo de los transgénicos y en la defensa de la biodiversidad frente a la agenda corporativa. En el transcurso de estos diversos eventos, NI invitó a representantes de movimientos de América Latina de Argentina, Colombia, Bolivia, Costa Rica en colaboración con organizaciones de la sociedad civil mexicana, y secretarias mexicanas, para ayudar a demostrar que esta lucha va más allá de los países individuales.

A través de diálogos, talleres eventos culturales y sesiones estratégicas, estos eventos reforzaron el papel de las comunidades indígenas y campesinas como legítimas guardianas de la biodiversidad, desempeñando un papel crucial en la movilización de la resistencia popular y amplificando la postura de México contra el bioimperialismo en el escenario mundial.


Fhoto: Fernanda Estrada González

Estos encuentros reunieron a agricultores, líderes indígenas, funcionarios públicos, científicos, ciudadanos y activistas para fortalecer las redes internacionales de resistencia contra el control del agronegocio, así como para mostrar solidaridad en la protección de un centro de origen de la biodiversidad. Asimismo, se subrayó la importancia de reconocer que la biodiversidad está ligada a la identidad cultural y ecológica de los pueblos, y se hizo hincapié sobre la urgencia de proteger las semillas autóctonas de la explotación empresarial en nombre de la soberanía alimentaria y los derechos de los pueblos.

Navdanya International comenzó su participación a raíz de una carta abierta publicada por el Movimiento de Mujeres Diversas por la Diversidad en 2023, en la que se condenaba el acoso de Estados Unidos por forzar la importación de maíz transgénico a México. Mujeres de todo el mundo firmaron la carta exigiendo a los gobiernos:

  • Detener esta estrategia de presionar al Gobierno de México para que acepte el maíz transgénico. México es el reservorio genético del maíz a nivel mundial, el cual debemos preservar.
  • Reconocer y aceptar las decisiones políticas adoptadas democráticamente por un país soberano.
  • Reconocer que las políticas de México se basan en sólidas evidencias científicas internacionales que demuestran los impactos nocivos de los transgénicos y el glifosato en la salud humana y ambiental.
  • Reconocer que la biodiversidad del maíz en México es esencial para la soberanía alimentaria no sólo en México, sino a nivel mundial. Ningún transgénico debe ser introducido en un país que es centro de diversidad.

Conclusiones:

México se erige como un símbolo internacional de la lucha por la conservación de la biodiversidad, ya que en todo el mundo continúan las imposiciones de la agricultura industrial, violando directamente la soberanía y los derechos de los pueblos y la naturaleza, a favor de la agenda corporativa. Frente a esto, construir relaciones basadas en la lucha común y la visión común de un futuro ecológico es algo imprescindible.

Al asegurar un marco legal para proteger el maíz nativo, México crea un importante precedente para otras naciones que buscan recuperar el control sobre su patrimonio agrícola. Sin embargo, la legislación por sí sola no basta. La verdadera soberanía alimentaria y la protección de la biodiversidad requieren:

  • La prohibición total de los OGM nuevos y antiguos, incluidos los organismos editados genéticamente, impidiendo que las semillas corporativas se infiltren en los mercados locales y en las variedades locales.
  • El pleno reconocimiento de la importancia de las comunidades locales como verdaderos custodios y guardianes de la biodiversidad. La biodiversidad no es sólo para uso corporativo, sino que forma parte de una red de vida con la que las comunidades están en comunión.
  • Reforzar las políticas agroecológicas y garantizar que la financiación y la investigación públicas den prioridad a los métodos agrícolas tradicionales y regenerativos.

La decisión de México de prohibir constitucionalmente la siembra de maíz transgénico es una victoria significativa en la lucha por la soberanía alimentaria, la biodiversidad y los derechos de los pueblos. Sin embargo, se enmarca en una lucha más amplia contra las políticas agrícolas y los acuerdos comerciales impulsados por las empresas que socavan la autonomía nacional. La continua autorización de las importaciones de OMG y el retroceso de las prohibiciones anteriores ponen de manifiesto los compromisos a los que se ha visto obligado México bajo la presión de Estados Unidos.

El mundo debe reconocer que la lucha por el maíz es la lucha por la soberanía misma. Como cuna de uno de los cultivos más vitales de la humanidad, la resistencia de México contra el bioimperialismo ofrece inspiración para los movimientos mundiales que trabajan para proteger la biodiversidad, el conocimiento indígena y la agricultura regenerativa. Sólo a través del activismo continuo, la promoción de políticas y la innovación liderada por los agricultores puede esta reforma ser un peldaño hacia un futuro agroecológico y verdaderamente libre de transgénicos.


Foto de portada: Navdanya International