Gates to a Global Empire

Gates hacia un Imperio Global

sobre las Semillas, los Alimentos, el Conocimiento

….y la Tierra

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Un Informe de Ciudadanos Globales

coordinado por

«Gates to a Global Empire»

Gates hacia un Imperio Global

…sobre las semillas, los Alimentos, el Conocimiento, y la Tierra

Un Informe de Ciudadanos Globales

Síntesis del Informe

Primera edición Octubre 2020

Escrito por Carla Ramos Cortés

Traducción: María Vázquez y María Alejandra Pulido

Ilustración de la Portada: Federico Zenoni

This post is also available in: Inglés, Italiano, Francés, Portugués, Brasil

Autores del Informe:

Vandana Shiva, fundadora de la Fundación Navdanya para la Investigación en Ciencia, Tecnología y Ecología (India) y Presidente de Navdanya International.

Farida Akhter, Directora Ejecutiva fundadora de UBINIG, Bangladesh.

Fernando Cabaleiro, Abogado (Universidad de Buenos Aires), Naturaleza de Derechos, Argentina.

Community Alliance for Global Justice/AGRA Watch.

GM Watch.

Nicoletta Dentico, periodista y directora del programa para la salud global de la Sociedad para el Desarrollo Internacional (SID).

José Esquinas Alcazar, antiguo Secretario de la Comisión Intergubernamental de la FAO de los Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, y Presidente del Comité de Ética de la FAO sobre la Alimentación y la Agricultura.

Seth Itzkan, Co-fundador and Co-Director de Soil4Climate Inc.

Dru Jay, Coordinador de GeoengineeringMonitor.org, escritor y activista en movimientos de justicia climática y solidaridad indígena, asentado en Montreal, Canadá.

Aidé Jiménez-Martínez, MA en Ciencias, Director de Regulaciones en Bioseguridad, Biodiversidad y Recursos Genéticos, SEMARNAT, México.

Satish Kumar, Fundador del Schumacher College, England, UK.

Jonathan Latham, biólogo molecular y antiguo ingeniero genético. Actualmente edita

la web Independent Science News.

Mantasa, Indonesia.

Chito Medina, miembro fundador de MASIPAG (Farmers-Scientists Partnership For Development), y antiguo Coordinador Nacional de la red. Profesor asociado de ciencias medioambientales en una universidad puntera en las Filipinas.

Zahra Moloo, Kenya, Periodista de investigación, productora de documentales, investigadora sobre industrias extractivas, derechos de la tierra, conservación y seguridad. ETC Group, basada en Montreal, Canadá.

Silvia Ribeiro, Uruguay, periodista, profesora, escritora y educadora en tecnologías emergentes. Directora para América latina del ETC Group, asentada en Ciudad de México.

Adelita San Vicente, Doctora en Agroecología, Directora General del Sector Primario y los Recursos Naturales, SEMARNAT, México.

Tapsoba Ali de Goamma; Activista de derechos humanos, ecólogo, Presidente de la asociación Terre A Vie; Vocal del colectivo Citoyen pour l’Agroécologie (Colectivo de los ciudadanos por la Agroecología).

Jim Thomas, Director Co-Executivo e Investigador, enfocado en tecnologías emergentes y derechos humanos, biodiversidad, equidad y sistemas alimentarios, grupo ETC, actualmente asentado en Canadá.

Timothy Wise, Asesor Principal en el Instituto para la Agricultura y la Política Comercial (IATP)

Bill Gates, una de las dos personas más ricas del planeta, con una fortuna neta de casi 117.000 millones de dólares, se ha convertido en el más poderoso filántropo de la historia moderna. A Gates se le conoció inicialmente por ofrecer el uso de tecnología a gran escala mediante la popularización de su PC, a través de su compañía Microsoft.

Recientemente, y tras salir de Microsoft, Gates ha pasado a reinventarse a sí mismo como un benévolo filántropo, que usa su influencia tecnológica y su conocimiento del mercado privado para resolver los problemas mundiales más acuciantes a través de la fundación que comparte con su esposa: la Fundación Bill y Melinda Gates. Ahora es considerado un reservado, y generoso “optimista impaciente” que invierte su dinero en ayudar a los pobres del mundo. Pero antes de este cambio de imagen y después de múltiples demandas antimonopolio, Gates tenía la reputación de ser un implacable gigante tecnológico, dispuesto a intimidar a sus colaboradores, a aplastar completamente a sus competidores, y a despejar el camino para el imperio monopolístico de Microsoft. Esta es una estrategia que ahora está exportando para poder influenciar la agenda de desarrollo global de manera que se alinee con sus propios intereses específicos.

A partir del contexto neoliberal de políticas de ajuste post-estructurales que dejaron a los estados del Sur Global atrofiados, y de la constante reducción de fondos para las instituciones internacionales tras el final de la Guerra Fría en el Norte Global, la puerta quedó abierta de par en par para que Gates pudiese revitalizar la arena internacional como el generoso proveedor de un capital altamente necesario. Pero este capital es todo menos puro. Una vez que se ve más allá de su imagen pública rehabilitada, comienza a aparecer un patrón de una implacable consolidación de la agenda y el programa de desarrollo mundial. Una estrategia de desarrollo dependiente de un consenso y influencia directa impuesto agresivamente sobre todos los actores del desarrollo global; incluyendo instituciones internacionales, las universidades, centros de investigación de ciencia internacionales, corporaciones privadas y estados; y con la mentalidad de que cualquier problema puede ser (y solo debería ser) solucionado a través de la tecnología, la innovación, la ingeniería, y las reglas del mercado privado. Esto puede aplicarse a todas las áreas en las que la Fundación Bill y Melinda Gates se ha involucrado, desde la alimentación y la agricultura, a la salud, el cambio climático, la educación y los medios.

El patrón se desarrolla más o menos así: la Fundación Bill y Melinda Gates, a través de sus socios mediáticos subvencionados, plantea un asunto de su interés ante la agenda global junto con la propuesta de una solución tecnológica. Una vez que el tema ha ganado suficiente opinión pública beneficiosa, comienzan a proveer capital en forma de pequeñas subvenciones e inversiones a empresas emergentes, a instituciones de investigación y a departamentos de investigación de compañías privadas para desarrollar la tecnología que pretende solucionar el problema en cuestión. A veces, (casi siempre) esto viene acompañado por ayudas gubernamentales en los países donde se han lanzado las iniciativas. Mientras tanto, las iniciativas de Gates que están separadas de la fundación, o aquellas que ellos financian en instituciones internacionales, comienzan a presionar y a lubricar el proceso de regulación para facilitar la implementación de esta tecnología y su estrategia asociada. Entonces, una vez dados estos dos pasos, comienza la comercialización y la implementación del producto o tecnología, llevada a cabo por las compañías privadas que también invirtieron en la empresa emergente o centro de investigación. De esta manera, la fundación Gates conforma directamente el discurso público, conduce la imaginación hacía, únicamente, la solución que propone, y abre mercados remotos para las compañías privadas con ayudas estatales. Todo esto queda velado tras la retórica de una causa humanitaria, de desarrollo, como puede ser el incrementar los ingresos de los pequeños agricultores, o proveer soluciones para el cambio climático, y así ofrecer una justificación moral a su monopolización del desarrollo global para su desarrollo tecnológico personal. Pero tal y como este informe detalla, esta consolidación del desarrollo global tiene enormes implicaciones. Como veremos, encadenadas a las becas de millones de dólares de la Fundación de Bill y Melinda Gates aparecen los intereses de las corporaciones privadas y del mercado, los circuitos de retroalimentación negativa de un solucionismo tecnológico, y una creciente podredumbre en la legitimidad de las instituciones internacionales.

Esta estrategia de trabajo, de hecho, acelera la investigación tecnológica hacia una oferta de productos que solo beneficia a las más grandes corporaciones privadas que tienen patentes sobre estas tecnologías o la habilidad para comercializarlas. Como veremos, esta ciega noción de aceleración tecnológica como la única solución a los problemas del mundo tiene un punto ciego ante pasados fracasos, o soluciones que son completamente inseguras, o que no han sido evaluadas. Es una mentalidad de determinismo tecnológico. El hecho, completamente ignorado, es que estas soluciones tecnológicas casi siempre crean circuitos de retroalimentación que empeoran el problema original.

Gracias a la crisis del coronavirus, la podredumbre existente en nuestras actuales estructuras mundiales se ha puesto aún más en evidencia. Con el agravante de una persistente crisis climática y ecológica, y desigualdades varias, nos encontramos en el punto de ebullición de múltiples problemas mundiales preexistentes. Esto hace que sea extremadamente tentador el buscar soluciones inmediatas a estas crisis a la desesperada y a ciegas. Pero esta mentalidad de solucionismo tecnológico en la que la tecnología por sí sola va a ser capaz de resolver problemas sociales complejos para crear un futuro utópico se basa en una tremenda negación y en olvidar el hecho de cómo la tecnología misma ha sido la que ha creado y dado forma a estos problemas en primer lugar. La retórica del ‘progreso’ y la ‘innovación’ constantes requiere una mentalidad violenta de objetivos únicos, y respuestas reaccionarias superficiales que convierten en invisibles los errores pasados y en irrelevantes los fallos futuros. Esto conduce a la acumulación de circuitos de retroalimentación negativa que intentan interminablemente solucionar el problema que las soluciones industriales y tecnológicas han creado desde el principio, dejando estos problemas estructurales sin resolver, como un fantasma que continúa acechando, solo que esta vez, con mayor intensidad.

A lo largo de todo este informe observamos estos patrones repitiendose una y otra vez. También vemos como este solucionismo tecnocrático propulsado por una nefasta (o ciega) alianza entre las instituciones científicas y tecnológicas, los estados, y el gran capital, están personificadas por la fundación Gates y están siendo dirigidas de forma acelerada a través de un desarrollo filantrópico. Cada pieza del puzle se va revelando a través de la colaboración internacional de este informe ciudadano.

En ningún sitio es tan evidente esta negación como en las iniciativas de Gates en agricultura y edición genómica. Esto es solo posible a través de su intento de socavar la legitimidad de acuerdos internacionales como la Convención de la Biodiversidad Biológica y el Protocolo de Nagoya, además de su creciente financiación y consolidación del CGIAR. Todo ello está encaminado a conseguir acceso a la información genética de las semillas del mundo; algo necesario e irremplazable para sus horizontes de OGM y de genética dirigida. El informe comienza estableciendo los mecanismos para este control sobre la semilla, permitiéndonos también contemplar la visión futura de la alimentación y la agricultura según la Fundación Bill y Melinda Gates.

Control sobre la Semilla

La página web de la fundación Bill y Melinda Gates dice que el desencadenante principal para la transformación de la agricultura es un “entorno regulatorio favorable”. La manera en la que la Fundación Bill y Melinda Gates aseguran este “entorno regulatorio favorable” es a través de su influencia directa sobre instituciones de investigación internacionales; tal es el caso con el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR). El incremento en la financiación para el CGIAR es fundamental para la estrategia agrícola de la Fundación Gates, y de hecho ésta la financia con unos 105 millones de dólares al año, más que ningún otro fundador. El plan también incluye la fusión de los varios centros del CGIAR, ahora independientes, en uno, dirigido por un único consejo. La sección titulada Un Imperio sobre las Semillas, la Biodiversidad y el Conocimiento (One Empire Over Seeds, Biodiversity and Knowledge), comienza con el artículo de Vandana Shiva: Un Imperio sobre la Semilla: Control sobre los Bancos de Semillas Mundiales (One Empire Over Seed : Control Over the World’s Seed Banks), que denuncia las implicaciones de las intenciones de la fundación Gates para centralizar y para incrementar la financiación del sistema CGIAR, vistas como un movimiento para consolidar aún más el poder de la Fundación Gates sobre la investigación agrícola. Pero, ¿porque quiere Gates consolidar las 15 mayores colecciones de semillas del mundo? La Doctora Shiva también nos muestra cómo, a través de iniciativas globales de financiación como la llamada Diversity Seek (DivSeek), ellos buscan copiar toda la información genética de las semillas almacenadas. Esto les permitiría sacar patentes a partir de la información genética recogida, lo cual resultaría en biopiratería a través de las patentes de semillas.

Esto se llevaría a cabo en cada centro individual de CGIAR, como en el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) en las Filipinas. A través de la financiación ofrecida, que lleva consigo el poder de dirigir sus investigaciones, ellos influencian y se apropian de los sistemas nacionales de investigación y extensión agraria de los gobiernos dentro de la red del IRRI. Chito Medina, científico y antiguo Coordinador de Masipag Filipinas, explica en su artículo Fundación BMG y el IRRI – Apropiación Corporativa de la Ciencia del Arroz (BMG Foundation and IRRI – Corporate Hijack of Rice Science), que en la actualidad, la fundación Gates provee el 15% del presupuesto anual del IRRI, además de ser el segundo mayor donante al sistema del Grupo Consultivo Internacional de Investigación Agrícola (CGIAR), de la cual IRRI forma parte. Por nombrar unas cuantas, sus subvenciones incluyen la financiación de: el Arroz Dorado genéticamente modificado, el proyecto ‘Obteniendo un Incremento en la Eficiencia Fotosintética’, que pretende incrementar la capacidad fotosintética de los cultivos, el proyecto del Arroz Tolerante a Estrés para África y Sur de Asia (STRASA), enfocado en el desarrollo de sistemas de semillas tolerantes a la sequía, inundación, salinidad, frío y estrés bióticos, el Arroz Swarna-Sub1 que se supone sobrevive a el encharcamiento y la salinidad, y la Alianza para una Ganancia Genética, y demás. Esto está en línea con la historia del IRRI, que, desde su fundación por la Fundación Rockefeller, ha promovido la Revolución Verde a través de la modificación genética del arroz, y de la colección de variedades de arroz nativas; y todo ello para los intereses de corporaciones privadas a través de su investigación “encomendada”. Al final esto conlleva una erosión en la diversidad de los cultivos y la privatización de las semillas de los agricultores.

Biopiratería – El Expolio de la Biodiversidad y el Conocimiento

En el artículo Un Tratado para proteger Nuestra Biodiversidad Agrícola (A Treaty to Protect Our Agricultural Biodiversity) por José Esquinas-Alcázar, antiguo Secretario de la Comisión Intergubernamental sobre Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO, trata las complicaciones encontradas en relación a la Información Digital sobre Secuencias (DSI) y el reparto de beneficios, especialmente en relación a los recursos de semillas bajo la luz del Tratado Internacional sobre los Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura. Un tratado que protege los derechos de los agricultores, los recursos genéticos regulados y la biodiversidad. Durante una reunión subsiguiente, la DSI y su reparto de beneficios se ha convertido en una nueva área de disputa, dado que la DSI es una biotecnología que puede escanear eficazmente la información genética de un genoma, y de esa manera permitir que el material genético de una planta pueda transferirse a una base de datos digital. Esto permitiría el acceso a la información genética de una planta sin necesidad de la planta física. Esquinas-Alcazar describe la necesidad de compartir recursos sobre la biodiversidad a nivel internacional y los bloqueos potenciales a tal interdependencia existentes entre países debido a los intereses de compañías privadas.

Esto solo puede ser posible a raíz del deterioro de los convenios internacionales previamente establecidos para la protección de la biodiversidad y los derechos de los agricultores. En el siguiente capítulo de Aidé Jiménez-Martínez, MA en Ciencias, Director de las Regulaciones sobre Bioseguridad, Biodiversidad y Recursos Genéticos, de SEMARNAT,^;y Adelita San Vicente Tello, Doctora en Agroecología, Directora General del Sector Primario y los Recursos Naturales de SEMARNAT, México, titulado Más allá del Oro Verde: Países Megadiversos como proveedores de los Recursos Genéticos y la Información de Secuenciación Digital (Beyond Green Gold: Megadiverse Countries as Providers of Genetic Resources and Digital Sequence Information), veremos como en los últimos cinco años los intereses del sector privado han ido creciendo cada vez más en el territorio de la biodiversidad, con el propósito de desarrollar aún más la biotecnología. Esto viene marcado por su presencia cada vez más patente en una serie de conferencias de la COP en Cancún en el 2016, en la Convención por la Diversidad Biológica, el protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de la Biotecnología y el Protocolo de Nagoya. Se observa con preocupación el cambio hacia un uso mercantilista de la naturaleza y su diversidad genética, especialmente para el tema de acceso sin restricciones al DSI, donde cualquiera podría descargarse el material, y la falta de reparto de beneficios con los países megadiversos de los cuales proviene ese material genético. Esto es un tema de preocupación creciente ya que existen millones de DSIs, y ya están disponibles para ser patentados, y además sin necesidad de la fuente física de la información genética. Un trato que quebranta el espíritu de la Convención de la Diversidad Biológica y del Protocolo de Nagoya, o que por lo menos lo hace peligrar.

Un Imperio sobre la Agricultura

Conoceremos la historia de cómo la Fundación de Bill y Melinda Gates se involucró en las áreas de la alimentación y la agricultura a través del texto de Nicoletta Dentico, periodista y Directora del Programa de Salud Global de la Sociedad para el Desarrollo Internacional (SID) titulado Bill & Melinda Gates: la distopía de la revolución verde en África (Bill & Melinda Gates: the dystopia of the green revolution in Africa). En el año 2007, Warren Buffet, con dinero de la burbuja especulativa del mercado inmobiliario, fue capaz de encontrar refugio para sus inflados millones en una nueva iniciativa lanzada por la Fundación Bill y Melinda Gates, junto con la Fundación Rockefeller: la Alianza para la Revolución Verde en África o AGRA. Dentico nos muestra cómo, usando el argumento de que África está retrasada en su “desarrollo” debido a una falta de acceso a la tecnología, una pobre infraestructura, y un agotamiento de sus suelos, Gates junto a compañías privadas se empeñaron en rediseñar completamente todos los niveles del sistema alimentario en África a favor de los monopolios de los negocios agroquímicos y de OGM junto a la agricultura digital. Velado tras una retórica de reducción de la malnutrición, el hambre crónica, y la pobreza, Gates mantiene que la única solución a este ‘déficit de producción’ son las ideologías de mercado de la Revolución Verde, a pesar de la devastación que han causado estos métodos químicos en el pasado. Como Dentico muestra en gran detalle, esto se lleva a cabo a través de una estrategia doble de lubricación financiera de las instituciones públicas esenciales junto con subvenciones condicionadas; además de a través de una serie de organizaciones afiliadas a la Fundación Gates, que activamente hacen recomendaciones políticas a los países africanos en cuestión. Estas organizaciones, como la Alianza Global para la Mejora de la Nutrición (GAIN) que promueve el refuerzo de la comida en forma de OGMs; o la Fundación Africana para la Tecnología Agrícola (AATF), que promueve la investigación de los OGMs por parte de las Universidades, mientras negocia la posesión de patentes para las multinacionales que promueven la fortificación de la comida y la digitalización de la agricultura. Estas organizaciones, junto a todos sus proyectos y subsidiarios actúan como una manipulación espinosa de las políticas regionales y nacionales proveyendo sugerencias políticas para los ‘datos’ recogidos. Esto va claramente en contra de la resistencia local y de las prácticas agroecológicas locales, las cuales, como también muestra Dentico, son totalmente ignoradas en favor del conocimiento jerárquico de los “expertos”, con poca o ninguna participación indígena.

Un modelo que ha sido un fracaso completo para los países africanos, como muestra Timothy Wise, Asesor Principal en el Instituto para la Agricultura y la Política Comercial (IATP), en su ensayo La Revolución Verde de la Fundación Gates falla a los Agricultores Africanos (Gates Foundation’s Green Revolution Fails Africa’s Farmers). Haciendo una evaluación general, cosa que AGRA nunca ha hecho en relación a sus objetivos propuestos para el 2020 de duplicar la productividad y los ingresos de los pequeños agricultores en 13 países africanos, Timothy Wise muestra, una vez más, como esta falta de transparencia esconde los repetidos fracasos del modelo agroindustrial. En general, la investigación de Wise muestra como los objetivos marcados por AGRA en su fundación no han sido cumplidos o incluso han empeorado la situación en algunos países. Por ejemplo después de 15 años no existe evidencia de que haya habido incrementos de productividad significativos; y, en términos del número de personas que sufren hambre extrema, se observa un incremento del 30% en países donde está AGRA. Los niveles de pobreza también se han mantenido en el mismo nivel o bien se han incrementado desde que en el 2007 se creó la organización. Esto es algo muy problemático dado que AGRA ha consumido muchos recursos, por un lado, y por el otro ha trabajado para cambiar la agricultura africana en una dirección de dependencia de insumos externos costosa. Esto no es una sorpresa, ya que hemos visto cómo la Revolución Verde original ha fallado y ha tenido consecuencias negativas en Asia, América Latina, Estados Unidos y ahora en África.

La amnesia y negación de estos fracasos se hace evidente con la nueva iniciativa AgOne de la Fundación Bill y Melinda Gates. Lanzado en enero de 2020 como parte del grupo de sus iniciativas de cambio climático, el año de acción climática de la Comisión Global de Adaptación de Gates, AgOne da un nuevo cambio de imagen tecnológica a las mismas estrategias empleadas en otras iniciativas agrícolas de Gates. Esto significa una nueva actualización tecnológica a la extracción de datos de los agricultores a través de: la tecnología de sensores, la tecnología de accionamiento genético CRISPR-Cas9 para semillas y plantas vivas, nuevos OGM, modelos predictivos de inteligencia artificial, entre otros. En este capítulo, Gates AgOne y la recolonización de la Agricultura (Gates AgOne and the Recolonization of Agriculture) escrito por el equipo de Navdanya, se muestra cómo las alianzas de Gates con empresas como Bayer/Monsanto, Syngenta, Corteva están trabajando en una nueva fase de digitalización de la agricultura, basándose en los métodos de la Revolución Verde. Esta crítica de AgOne muestra cómo la retórica utilizada para justificar la creación de la iniciativa está completamente fuera de contacto con cualquier experiencia real de los impactos devastadores de la primera Revolución Verde. Contrariamente a lo que podría pensar Bill Gates, los sistemas alimentarios agroecológicos son en general más productivos, más resistentes al cambio climático y proporcionan una mayor seguridad en los medios de subsistencia.

Fernando Cabaleiro, Abogado de la organización argentina Naturaleza de Derechos, nos muestra en Gates AgOne en Argentina una mirada más cercana a cómo esta misma iniciativa AgOne está tratando de entrar a América Latina a través de Argentina. Allí tomado con el nombre de ‘AgTech’, Cabaleiro cubre cómo la iniciativa impulsada por esta puerta es una convergencia de grandes actores agroindustriales y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Una iniciativa que ha sentado las bases para la digitalización de la agricultura durante los últimos dos años a través de una alianza entre el IICA y Microsoft utilizando el internet de las cosas, la inteligencia artificial, y la minería de datos. Fernando nos lleva a través de cómo estos esquemas no tienen nada que ver con la mejora de la agricultura para un clima cambiante o una población en aumento, y tienen todo que ver con la acumulación de capital, la concentración económica y la apropiación de los recursos genéticos y cómo planean lograrlo. Un proceso que al final deshumaniza aún más la alimentación, la agricultura a costa de los agricultores que ya sufren, la salud pública y la regulación del país. Un tema que se repite con casi todas las intervenciones de ‘desarrollo’ de Bill Gates.

Promoción de OGM fallidos

Vandana Shiva muestra en El engaño del arroz dorado (The Golden Rice Hoax), la historia del impulso del arroz dorado, un arroz transgénico, convertido en dorado a través de la inserción de betacaroteno para biofortificar el arroz, financiado a través del IRRI por la Fundación Gates. El arroz se ha promovido desde el año 2000 como una posible solución a la ceguera infantil y la deficiencia de vitamina A. Vandana Shiva nos muestra cómo esto se basa en la ignorancia, ya que una variedad de arroz genéticamente modificada no es necesaria para proporcionar vitamina A en Asia, ya que muchas variedades locales de verduras y alimentos proporcionan grandes cantidades. El ignorar las soluciones basadas en la biodiversidad para las deficiencias nutricionales es un grave error, ya que, en junio de 2018, la FDA concluyó que el arroz dorado no cumple con sus afirmaciones nutricionales de proporcionar suficiente betacaroteno diario. Shiva nos muestra cómo la insistencia de Gates con el solucionismo tecnológico, eclipsa las soluciones reales a los problemas propuestos, al mismo tiempo que crea otros nuevos.

Esta biopiratería e insistencia con falsas soluciones de variedades transgénicas se alinean cuando Bill Gates ha expresado rutinariamente su apoyo en toda regla a las semillas transgénicas como «soluciones técnicas necesarias» para el desarrollo agrícola. Aquí es donde brilla la negación total de Gate sobre los problemas, ineficiencias y consecuencias de los transgénicos. Este patrón también se repite en el caso de Bt Brinjal (o berenjena). Farida Akhter, directora ejecutiva y fundadora de UBINIG, Bangladesh, revela en su ejemplar Bt Brinjal: Alianza para la Ciencia Torcida y Mentiras Corporativas (Bt Brinjal : Alliance for Crooked Science & Corporate Lies) cómo en Bangladesh se ha convertido en el campo de pruebas para Bt Brinjal a través del Proyecto de Apoyo a la Biotecnología Agrícola II financiado por la universidad Cornell, que es financiado por la Fundación Gates, y USAID en asociación con el Instituto de Investigación Agrícola de Bangladesh (BARI). Ella expone las afirmaciones falsas de los defensores del transgénico, que el Bt Brinjal se ha vuelto popular entre los agricultores tanto en el cultivo como entre los consumidores en los mercados, para mostrar el éxito de la cosecha. Farida, en cambio, muestra cómo el cultivo, de hecho, no ha sido aceptado fácilmente por la gente de Bangladesh y ha fracasado en el uso de campo, en favor de varietales nativos, así como en las ventas de mercado. Mostrando cómo las corporaciones, con la patente Bt Brinjal y sus proponentes, mienten activamente para mantener el discurso público a su favor.

Impulsos genéticos y alimentos falsos

Pero, ¿por qué están los intereses privados, que incluyen en gran medida a la Fundación Bill y Melinda Gates, buscando privatizar las semillas de los agricultores? Ahora bien, no se trata sólo del desarrollo de variedades de OMG. El revelador artículo del grupo ETC expone hasta qué punto Gates y la Fundación están implicados en el moldeo, desarrollo, experimentos y aplicación de la tecnología de transmisión genética bajo el pretexto de erradicar la malaria en África. Impulsado a exterminar: Cómo Bill Gates trajo al mundo la tecnología de extinción de la unidad genética (Driven to Exterminate: How Bill Gates Brought Gene Drive Extinction Technology into the World) recorre la historia de la Fundación Bill y Melinda Gates como los principales donantes, siguiendo al grupo militar estadounidense DARPA, en el desarrollo de la tecnología de transmisión genética, comenzando en 2003 con enzimas de levadura, hasta 2015 con el descubrimiento de CRISPR, hasta ahora– una tecnología proteica que marca la siguiente fase de manipulación genética. Las unidades genéticas se clasifican como una forma de biología sintética (synbio) o transgénico 2.0 donde los seres vivos se rediseñan para tener nuevas habilidades a través del rediseño de su estructura interna de ADN u otros componentes de una manera que no existe naturalmente para crear ingredientes sintéticos, productos químicos, medicamentos, productos alimenticios cultivados en laboratorio y manipulación genética de organismos. Todo parte de la «revolución de los alimentos celulares», algo que Vandana Shiva revelará más adelante. Como se puede ver, este tipo de tecnología de impulso genético tiene muchas implicaciones, y aunque la tecnología todavía está en desarrollo, ETC explica cómo la retórica de erradicar la malaria sirve como la cubierta para desarrollar aún más esta tecnología. Desde entonces, la Fundación Bill y Melinda Gates ha estado dando forma al debate público y a las discusiones de los medios de comunicación sobre el tema a través del laboratorio de medios del MIT, Cornell Alliance, y su financiación encubierta de Emerging Ag (una firma privada de relaciones públicas que ha acorralado e infiltrado con «expertos» contratados), con el fin de inundar instituciones internacionales como el CDB de la ONU con «expertos» plantados que favorecen la narrativa de Gates. Esta influencia del debate público permitió la liberación del primer mosquito transgénico después de la apertura de laboratorios en Burkina Faso, Malí y Uganda, en 2014. Mosquitos diseñados para extinguirse haciendo que la infertilidad femenina se transmita genéticamente, lo que permite la manipulación genética a una extinción de la especie.

Ali Tapsoba, presidente de Terre à Vie, Burkina Faso, líder de los movimientos contra el mosquito transgénico, escribe entonces Terrorismo científico en Burkina Faso (Scientific Terrorism in Burkina Faso). Como voz de todas las protestas en torno a este movimiento en Burkina Faso, Tapsoba expone la falta de consentimiento o las consideraciones éticas de la liberación de mosquitos modificados genéticamente por el proyecto Target Malaria, una iniciativa financiada por Gates. Destaca la protesta de las sociedades civiles ante el plan trifásico, o liberación de mosquitos transgénicos, y eventual liberación de mosquitos que impulsan genes. La primera fase ya se ha llevado a cabo con la liberación de mosquitos transgénicos en julio de 2019. Tapsoba explica cómo este proyecto está plagado de incertidumbres no consensadas del impacto ambiental de la eliminación de mosquitos, así como de flagrantes violaciones éticas que califican a las comunidades de Burkina Faso de conejillos de indias para los experimentos de Gates.

En este sentido Gates llega con un nuevo «desarrollo de caridad» donde aparece como el gran benefactor listo para salvar a los pobres de sus condiciones miserables, con tecnologías que solo él y sus expertos entienden, pero son lo suficientemente generosas como para poner a disposición de las masas. Pero este negocio de caridad es exactamente eso, un negocio salvadorista blanco donde los pobres se vuelven cada vez más dependientes de los ricos. En otras palabras, Gates impulsa a través de su filantrocapitalismo la mayor pudrición de la sociedad y su mayor consolidación en los mercados privados. Al igual que con cada dólar regalado como subvención, varios otros millones se invierten directamente en estas startups, ya sea por él, sus fondos de inversión personales, el fondo fiduciario de la fundación u otras corporaciones privadas con las que la fundación o Microsoft tienen una relación privilegiada. A pesar de que Gates parece estar regalando su dinero para una «causa caritativa», el patrimonio neto de Gates ha estado aumentando constantemente desde que se convirtió en un filántropo a tiempo completo.

Esto se hace evidente a medida que el interés en torno al desarrollo de la tecnología Crispr y synbio tienen muchas implicaciones más allá de la manipulación genética de poblaciones enteras de mosquitos para su extinción. A través del fondo de inversión personal de Gates, Breakthrough Energy Ventures, él y otros multimillonarios como Jeff Bezos, Michael Bloomberg, Richard Branson, John Arnold y el príncipe saudita Alwaleed Bin Jala, financian compañías biotecnológicas que desarrollan alternativas de productos con tecnologías synbio en nombre de la sostenibilidad climática. Dos ejemplos de estos productos incluyen Biomilq e Impossible Foods, que desarrollan alternativas de alimentos producidos sintéticamente, como la leche materna sintética y los reemplazos de carne, respectivamente. En Leche Materna de Laboratorio y Carne de Laboratorio (Lab Made Breast Milk and Lab Made Meat) de Vandana Shiva subraya una vez más cómo a través de sus inversiones y emprendimientos tecnológicos, Gates ha sido, «apresurandose a encontrar sustitutos para los procesos ecológicos naturales y luego patentando [como] ha sido la tendencia para obtener ganancias de los procesos vivos …» visto a través de la mayoría de las intervenciones de empresas privadas. Shiva nos muestra cómo claramente, la introducción de alternativas alimentarias se trata de patentar con fines de lucro, así como los rendimientos de sus inversiones iniciales. Sin mencionar que estos alimentos falsos dependen de vastos monocultivos de soja gm con pesticidas y procesos químicos no probados. Una vez más trabajando para eclipsar la verdadera comida para la salud.

Influencia sobre la salud, los medios de comunicación y la educación

A lo largo de todas estas piezas, los esfuerzos «humanitarios» proporcionan un velo a las prioridades reales de expandir las ganancias corporativas a través de la expansión del mercado y el desarrollo tecnológico. Trabajando para crear su propio mundo artificial desprovisto de procesos de la vida real. Dado que lo que se utiliza para crear este nuevo mundo artificial es un modelo de negocio monopolístico, la Fundación Gates trabaja para expandir el «consenso» y un entorno regulatorio amigable para impulsar sus «innovaciones» financiadas del laboratorio al mercado lo más rápido posible, independientemente de los riesgos, las consecuencias o el fracaso pasado. Esto se manifiesta en un agresivo ataque táctico contra las voces disidentes en el debate internacional, con poca o ninguna rendición de cuentas de los proyectos e iniciativas de la fundación. En un esfuerzo por alcanzar este consenso y un «entorno regulatorio amigable», financia todo para alinearlo con sus intereses, desde la cobertura de los medios de comunicación, la investigación, las universidades, las nuevas empresas, los programas y proyectos de desarrollo, las iniciativas de investigación en instituciones internacionales y los programas gubernamentales. Como se muestra, a menudo co-invirtiendo con otras empresas gigantes como la agroindustria, la industria de los combustibles fósiles, la industria farmacéutica, Big Tech y así sucesivamente.

En el artículo El monopolio filantrópico de Bill y Melinda Gates (The Philanthropic Monopoly of Bill and Melinda Gates), Nicoletta Dentico repasa la historia de cómo el Imperio de Bill y Melinda Gates siguió y posteriormente se extendió para monopolizar la salud global. Empezando por las condiciones financieras previas que dieron origen al dinero que la Fundación tiene a su disposición, incluidos los fondos públicos, la elusión fiscal y los fondos de inversión hinchados. Esto se refleja en la estructura del Fondo Fiduciario Bill y Melinda Gates, que está dirigido por Warren Buffet y tiene activos de inversión en empresas cuyo trabajo es contrario a los objetivos de desarrollo de la fundación, como Walgreens, Kraft Foods, Coca Cola, etc. Ella detalla cómo su estilo filantrópico es similar a los métodos monopólicos viciosos ejecutados en Microsoft, formando una relación en tándem de la fundación que abre la puerta a los mercados de nuevos países para Microsoft y otras empresas privadas privilegiadas. Trabajar eficazmente para difundir su enorme influencia financiera en las organizaciones internacionales, los medios de comunicación, los países de ingresos medios y bajos y las instituciones de investigación. El lugar donde esta estrategia de trabajo se manifestó por primera vez fue con las iniciativas de salud de Bill y Melinda Gates, comenzando en 1998 con el Programa de Vacunación Infantil de Bill y Melinda Gates y el programa de vacunación contra la poliomielitis. Poco después, esta iniciativa dio paso a GAVI, la Alianza Mundial para la Inmunización Vacunal que marcó el inicio de desentrañar el multilateralismo institucional público en favor de un modelo público-privado. Las disminuciones graduales en el financiamiento de las instituciones internacionales de salud desde el final de la Guerra Fría, han dejado a las puertas abiertas para volver a poner los problemas de salud global sobre la mesa, a través de una generosa inyección de fondos. Esto es evidente en el caso de la OMS, para quien la Fundación Gates provee casi el 20% de los fondos necesarios para su personal, sirviendo para fusionar los intereses de la OMS con los de la Fundación Gates. Dentico afirma: «[Gates} creó una constelación cada vez más compleja y diversificada de iniciativas público-privadas para ‘aprovechar los avances en la ciencia y la tecnología para salvar vidas en los países en desarrollo’, lo que le permitió interactuar de manera integral con la comunidad científica, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones internacionales, formalizando las asociaciones público-privadas como el modelo central de la salud global».

La otra área necesaria para la influencia son los establecimientos de investigación científica, por ejemplo, la Universidad de Cornell. En los Mensajeros de la Agenda de Bill Gates: Cómo la Alianza Cornell difunde la desinformación y desacredita la agroecología (Messengers of Gates’ Agenda : How the Cornell Alliance Spreads Disinformation and Discredits Agroecology) CAGJ / AGRA Watch arroja luz sobre el verdadero funcionamiento de la Cornell Alliance for Science, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates. El propósito de la Alianza es despolarizar el debate sobre los OMG y crear un consenso científico y la promoción de la biotecnología. Emplea tres estrategias de trabajo: a) establecer una red mundial; b) “formación con un propósito»; y c) el desarrollo de comunicaciones multimedia sobre biotecnología agrícola. Esto se traduce en la concesión de subvenciones a otras instituciones de investigación, científicos y jóvenes profesionales con su enfoque principal son los países africanos con el fin de dar forma a la política, el discurso público y científico y las áreas de investigación en biotecnología en favor de las tecnologías que Gates ha promovido e invierte activamente en. Mostrando cómo ninguna subvención (inversión) es un propósito para su agenda más amplia de ganancias, desarrollo tecnológico y consolidación del mercado.

Pero esta toma de control de la educación no solo termina con la financiación de las universidades. Satish Kumar, el fundador de Schumacher College en el Reino Unido, denuncia la retórica del aprendizaje en línea a través de la tecnología como solución a los problemas de educación, en su pieza Dictadores Digitales (Digital Dictators). Explica cómo la educación digital, algo a lo que muchos están ahora sometidos debido a la pandemia del Coronavirus, niega la educación como una forma de cuidar a los estudiantes para sacar a relucir cualidades individuales únicas y la diversidad de los estudiantes. La educación no puede ser un sistema completamente centralizado de planes de estudio impersonales y totalmente predeterminados que ve a los niños como recipientes vacíos para ser adoctrinados. Un tema aún más relevante como una de las áreas de trabajo de la Fundación Gates es el desarrollo de herramientas para la educación remota y basada en la tecnología. El aprendizaje digital es en realidad sólo intelectual. Ignora el entorno holístico de la escuela como también responsable de la enseñanza de habilidades y valores sociales, no solo el procesamiento de la información similar a una máquina. Sin mencionar que una mayor digitalización y centralización de las escuelas podría eventualmente conducir a un estado de vigilancia adicional encabezado por grandes corporaciones.

En la raíz de tantas de las justificaciones de Gates para sus planes de desarrollo está la cuestión del cambio climático. Una crisis debidamente causada por la industrialización y los combustibles fósiles utilizados para alimentarla, y todo el consumo masivo industrial/tecnológico posterior que ha desencadenado la pérdida de biodiversidad, la degradación ecológica y la desestabilización climática. Esto significa que (con suerte) la «burbuja de carbono» de las grandes industrias de combustibles fósiles está a punto de estallar. Pero el artículo de ETC, El Sugar Daddy de Geoingeniería: Los intereses de Bill Gates en los combustibles fósiles y la financiación para la ingeniería climática global (The Sugar Daddy of Geoengineering: Bill Gates’ fossil fuel interests and funding for global climate engineering), detalla los últimos esfuerzos de las grandes empresas para no perder billones de dólares en activos es a través de la financiación de la escotilla de escape conocida como geoingeniería. Según Gates, la geoingeniería puede servir como una medida de emergencia para dar a la humanidad más tiempo para eliminar el carbono de la atmósfera a través del secuestro masivo de carbono y el bloqueo de la luz solar a través de la ingeniería solar. Independientemente de la actitud tífera de Gates hacia la geoingeniería y su aparente interés en financiar soluciones para el cambio climático, Gates es simultáneamente el mayor accionista de una de las compañías de petróleo y gas más grandes de Canadá, Ferrocarril Nacional Candiense, mientras que al mismo tiempo invierte en investigación de geoingeniería. Vínculos que Microsoft también tiene con las industrias del petróleo y el gas. Gates se presenta como la cara de relaciones públicas de los intereses de geoingeniería de las industrias de combustibles fósiles que no pueden mostrar activamente su rostro debido a la sospecha pública. Esto monetiza efectivamente la podredumbre de los problemas de la sociedad a través de la mentalidad de nunca dejar que una crisis se desperdicie, lo que también ignora perpetuamente las verdaderas causas de la crisis en primer lugar. El secuestro de carbono hasta ahora no ha tenido éxito. Las diferentes tecnologías utilizadas hasta ahora consumen mucha energía, produciendo más carbono del que secuestren, o no secuestrando ningún carbono en absoluto. La otra opción propuesta es la de la ingeniería solar, o la pulverización de ácido sulfúrico en la atmósfera para bloquear la luz solar e irradiar de nuevo hacia el espacio. Como la geoingeniería solo puede implementarse a gran escala e intervenir en ecosistemas complejos que en gran medida aún no se entienden completamente, existe un alto riesgo de consecuencias irreversibles e involuntarias. La geoingeniería promueve la inacción climática y desvía los recursos, la financiación y los esfuerzos de investigación de la acción urgente, real, preventiva, ecológica, transformadora y el cambio de sistema.

A través de sus diversas iniciativas, sub-organizaciones, esquemas de desarrollo y mecanismos de financiamiento, los Gates tejen una complicada red de poder e influencia internacional, a su vez oscurecida a través de todas las hebras separadas. Este informe de ciudadanos globales busca abordar al menos una gran parte de esta red de poder que los Gates están tratando de ejercer. Un poder que ignora por completo los fracasos pasados de las mismas tecnologías que desean impulsar, un poder que vive en la negación de los mismos problemas y consecuencias que sus nuevas iniciativas podrían producir, y un poder cuyo único interés es la obtención de beneficios y la expansión del mercado. No hay nada altruista, humilde u ‘optimista’ en Gates y su fundación. En cambio, se erige como un producto de la historia reciente, que induce a la precariedad, y sólo servirá para seguir corriendo la vida en el futuro. En otras palabras, Bill Gates y sus compañeros socios comerciales privados, como siempre, seguirán produciendo problemas exponencialmente peores que los que proponen «resolver», al tiempo que trabajan para concentrar cada vez más poder en manos corporativas.

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