Escrito por Vandana Shiva, presidente de Navdanya Internacional | Fuente
En el mundo vivo de la Biodiversidad, toda la vida es sagrada. La Mente Mecánica, conectada a un sistema destinado a generar dinero mediante la extracción de recursos, creó la ilusión de que los seres humanos están separados de la naturaleza, y que la naturaleza es una materia prima muerta e inerte que se puede explotar. La suposición de que la «naturaleza está muerta» forma el centro de la lógica del extractivismo. Se ejemplifica con la metáfora de minería – de la tierra de los pueblos indígenas, de la fertilidad del suelo, del agua de los ríos y acuíferos, de los genes de la biodiversidad, y del conocimiento de las comunidades indígenas. La biopiratería es la extracción de conocimientos y la biodiversidad para obtener patentes y derechos de propiedad intelectual.
En 1987, cuando asistí a una conferencia sobre las «Leyes de la Vida», sobre las nuevas biotecnologías, escuché por primera vez al Cartel de los Venenos (el grupo de empresas químicas que incluía a la antigua I G Farben) intentando definir los organismos vivos, y las semillas, como máquinas que habían inventado y querían patentar. Yo era consciente de que la semilla no es una máquina ensamblada por las corporaciones químicas, pero es la encarnación de la biodiversidad y el impulso de la naturaleza para reproducirse, renovarse y multiplicarse.
Navdanya surgió de este compromiso con la biodiversidad. Nuestro movimiento ha reclamado la semilla como un bien común, creando 150 Bancos de Semillas comunitarios inspirados en el movimiento de Libertad de Semillas, aprobando leyes y tratados en defensa de los pequeños agricultores y de la biodiversidad, luchando y ganando casos para rebatir los patentes basados en la Biopiratería.
Así como nuestra biodiversidad y nuestros conocimientos indígenas fueron «minados» — para ser patentados como biopiratería, y para reducirnos a consumidores de semillas patentadas de OGM — ahora hay un intento de minar y piratear los datos de nuestros cuerpos y mentes, sin nuestro permiso o consentimiento. Nuestra humanidad y autonomía están siendo robadas mientras somos reducidos a «usuarios» de «máquinas» con el fin de construir la siguiente etapa de la extracción.
En el apogeo del la pandemia del coronavirus, Microsoft obtuvo una patente mundial no WO 2020/060606 de la OMPI, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. El patente 060606 dice: «La actividad del cuerpo humano asociada a una tarea proporcionada a un usuario puede ser utilizada en un proceso de minería de un sistema de moneda criptográfica. Un servidor puede proporcionar una tarea a un dispositivo de un usuario que está acoplado comunicativamente al servidor. Un sensor acoplado comunicativamente al dispositivo del usuario o comprendido en él puede detectar la actividad corporal del usuario. Los datos de actividad corporal pueden generarse sobre la base de la actividad corporal detectada del usuario».
La «actividad corporal» que Microsoft quiere extraer sin nuestro permiso, sin nuestro consentimiento, incluye, pero no se limita a: «la radiación emitida por el cuerpo humano, las actividades del cerebro, el flujo de fluidos corporales (por ejemplo, el flujo sanguíneo), la actividad o el movimiento de los órganos, el movimiento del cuerpo y cualquier otra actividad que pueda ser percibida y representada por imágenes, ondas, señales, textos, números, grados o cualquier otra forma de información o datos».
Estamos siendo transformados de seres auto organizados, conscientes, creativos, autopoiéticos, a » usuarios» de input externo cuyo valor será asignado en criptomoneda a través de algoritmos, mediante la misma máquina que nos dio la tarea en primer lugar. Y el mero hecho de estar conectado a través de su «servidor» significaría que has dado tu consentimiento. Habiendo extraído nuestros «datos corporales», incluyendo nuestra función cerebral, los algoritmos asignarán un «objetivo de furia de función corporal válido». Una máquina determinará el tipo de máquina que se nos permite ser.
Nuestra realidad está siendo destruida para transformarnos en puntos virtuales en la máquina digital, más allá del control de los humanos, las democracias e incluso los gobiernos nacionales soberanos. La biopiratería es un crimen, no importa cuál sea el instrumento de extracción y piratería, o qué ser biológico se piratea y se patenta. Hace 33 años, cuando escuché al Cártel del Veneno exponer su imaginación criminal de querer poseer las semillas, me comprometí a dedicar mi vida a la protección de nuestra biodiversidad y a la Libertad de Semillas. En este Día de la Biodiversidad, me comprometo a dedicar el resto de mi vida a la protección de toda la vida, la libertad de todos los seres y la libertad humana.
Foto: The Hummingbird Project
Translation kindly provided by Carla Ramos
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