Por Vandana Shiva – The Asian Age, 29 de marzo de 2017
La mayoría de las enfermedades crónicas de nuestro tiempo son enfermedades ligadas al tipo de alimentación.
India tiene una herencia rica y profunda desde el punto de vista científico y ciudadano, la agroecología y el ayurveda, los cuales nos han sostenido por siglos. Hemos entendido que la red de la vida es una red de alimentos.
Todo lo que nace, nace de anna (alimentos). Todo lo que existe en la Tierra nace de anna, y al final se funde dentro de anna. Anna, de hecho, es el primer nacido entre todos los seres; por esto es que anna es llamada sarvausadha, la medicina que alivia los padecimientos físicos.
En las últimas décadas, nuestros sistemas de agricultura, de alimentación y de sanidad vienen siendo devastados por la ciencia reduccionista, y por sistemas industriales alimentarios basados en químicos tóxicos, combinados con la globalización y el libre comercio.
La industrialización y la globalización del sistema alimentario está siendo llevada a cabo por corporaciones del sector químico y farmacéutico, conllevando una crisis agraria, la erosión de la biodiversidad en la agricultura, el aumento de tóxicos en nuestra comida, la difusión de la comida rápida y la comida basura y una epidemia de enfermedades. El beneficio de la industria agroquímica y el agronegocio, de la industria de la comida basura y de la industria farmacéutica se mantiene mientras que la nación enferma y empobrece.
El resultado ha sido la epidemia de más de 300.000 suicidios por parte de agricultores por deudas debido a la dependencia de los costosos químicos, y una enfermedad epidémica debido a la comida basura industrial.
India está emergiendo rápidamente como el epicentro de enfermedades crónicas, incluyendo cáncer, obesidad y diabetes, y enfermedades cardiovasculares, infertilidad, problemas intestinales largamente relacionados con la comida. Alrededor de 1.300 hindús mueren cada día por cáncer.
La mayoría de las enfermedades crónicas de nuestro tiempo son enfermedades ligadas al tipo de alimentación.
La salud y la enfermedad comienzan en los alimentos, y los alimentos comienzan en la biodiversidad, en la agricultura y en el suelo. Cuando los alimentos son producidos con químicos tóxicos, cuando son procesados y conservados con químicos tóxicos, se convierte en fuente de enfermedad. Cuando los alimentos son diversos y libres de químicos, crean salud.
Los monocultivos industriales que utilizan químicos producen productos nutricionalmente vacíos y tóxicos. Éstos contribuyen a las enfermedades de desórdenes metabólicos, malnutrición y deficiencias nutricionales.
La pérdida de biodiversidad en nuestros campos y nuestra dieta en el último medio siglo, junto con la difusión de la Revolución Verde o agricultura industrial no nos está llevando sólo a una crisis ecológica sino también a una epimedia de enfermedad.
Solíamos comer más de 10.000 especies de plantas como humanos. Ahora dependemos de 10 productos comercializados globalmente.
Navdanya está revirtiendo esta tendencia mediante la creación de bancos de semillas comunitarios y practicando agricultura orgánica basada en la biodiversidad. Ésta es la respuesta real a la crisis ecológica, a los suicidios de los agricultores y a la epidemia de enfermedad a la que nos enfrentamos.
Durante 30 años Navdanya ha estado renovando la biodiversidad en nuestros cultivos y en nuestros sistemas alimentarios. Sistemas orgánicos y con biodiversidad tienen el potencial de alimentar a dos veces India y de aumentar los ingresos de los agricultores diez veces.
Nuestra agricultura tradicional reconoce la importancia de la diversidad. Esta es la agricultura que se ha difundido por el mundo como agricultura orgánica a través del clásico de Albert Howard “Un Testamento Agrícola”.
El Ayurveda como ciencia reconoció que el sistema digestivo es central para nuestra salud. Incluso la ciencia occidental está empezando a darse cuenta de lo que el Ayurveda entendió hace 5000 años – que el cuerpo no es una máquina, y la comida no es combustible que hace funcionar la máquina de leyes newtonianas de masa y movimiento. La comida no es “masa” es algo viviente; es la fuente de la vida y de la muerte.
La ciencia occidental está ahora descubriendo lo mismo. Como el libro Mind Gut reconocía: “Por décadas el modelo de enfermedad mecanístico y militar fijó la agenda para la investigación médica. Siempre que se pueda reparar una parte afectada mecánicamente, pensaremos que el problema estará resuelto: no había necesidad de entender su causa última… Estamos sólo ahora empezando a darnos cuenta de que los intestinos, los microbios que viven en él – la flora intestinal, el microbioma – constituye uno de los mayores componentes de estos sistemas regulatorios.”
Nuestro sistema digestivo es un microbioma, el cual contiene 100 trillones de microbios y 1000 especies de bacterias con más de siete millones de genes. Hay 360 genes bacterianos en nuestro cuerpo por cada gen humano. Tan sólo el 10% de las células en el cuerpo humano son células humanas. Hay 100.000 veces más microbios en nuestro sistema digestivo que personas hay en el planeta.
Para funcionar de manera sana, el microbioma del sistema digestivo necesita una dieta diversa, y una dieta diversa requiere de diversidad en nuestros campos y en nuestros huertos. Una pérdida de diversidad en nuestras dietas crea enfermedad. Añadir uno o dos micronutrientes a comida nutricionalmente vacía no puede compensar la pérdida nutricional a través de la pérdida de biodiversidad en la dieta. Los aditivos son una continuación del fallido paradigma mecanístico de alimentos y salud. Agni* en el tracto digestivo es un gran transformador, crea propiedades emergentes. Los receptores del gusto no residen sólamente en la lengua sino que están distribuidos a través del tracto gastrointestinal y están localizados en terminaciones nerviosas sensoriales y en hormonas que contienen células transductoras en la pared del intestino.
El sistema digestivo cada vez más es mencionado como el segundo cerebro. Tiene su propio sistema nervioso – al cual nos referimos como el sistema nervioso entérico – o ENS, con 50- 100 millones de células nerviosas. Nuestro cuerpo es un organismo inteligente. La inteligencia no está localizada en el cerebro. Se encuentra distribuida. Y la inteligencia del suelo, de las plantas, de nuestro cuerpo, nos lleva a la salud y el bienestar.
Tal y como muestra la investigación del Dr. Eric Seralini, la sofisticada inteligencia del complejo ecosistema de nuestro sistema digestivo se comunica con los alimentos que comemos. Cuando comemos alimentos frescos y orgánicos los procesos reguladores que aseguran nuestra salud se ven reforzados. Cuando comemos comída química con tóxicos o comida nutricionalmente vacía, la comunicación lleva a la enfermedad.
Comer es una conversación entre el suelo, las plantas, las células de nuestro sistema digestivo y las células de nuestro alimento, y entre nuestro sistema digestivo y nuestro cerebro. Comer es un acto de inteligencia al más profundo nivel celular y microbiano. La comunicación celular es la base de la salud y el bienestar. Podemos desconocer los nexos entre los alimentos y la salud, pero nuestras células los conocen. Nuestro cuerpo es más inteligente que el pensamiento reduccionista mecánico. A través de las ciencias ecológicas de la agroecología y el ayurveda nuestra mente puede alcanzar la inteligencia de la Tierra, nuestros cuerpos, sus “doshas”, sus células, sus microbios, los cuales están tratando de alertarnos sobre los peligros en nuestra alimentación y nuestro medio ambiente a través de la epidemia.
Comer no es un acto mecánico a través del cual participamos en un sistema alimentario industrial. Comer es un acto ecológico a través del cual nos comunicamos con la Tierra, y con el agricultor, aquellos que transforman nuestro alimento y nuestro propio cuerpo.
Ningún agricultor debería suicidarse, ningún niño debería padecer hambre, no debería haber epidemia de diabetes, cancer y problemas cardiovasculares en nuestra tierra rica en biodiversidad y conocimiento.
El mismo sistema alimentario industrial que está destruyendo la salud del planeta está destruyendo nuestra salud. La agricultura ecológica basada en la biodiversidad es buena para la Tierra, nuestros agricultores y nuestra salud.
Translation kindly provided by Clara Soria González
*N. del T.: AGNI: El concepto ayurvédico de “fuego” o agni, es críticamente importante para nuestra salud general. Agni es la fuerza de la inteligencia en cada célula, cada tejido, y cada sistema del cuerpo. Básicamente, es el criterio de agni el que determina qué sustancias entran en nuestras células y tejidos, y qué sustancias deben ser eliminadas. De este modo, agni es el guardián de la vida. De hecho, según el Ayurveda, cuando se extingue el agni, se extingue la vida. El Ayurveda identifica un gran rango de funciones de las cuales agni es directamente responsable, pero también nos enseña que un agni dañado es la raíz de todo desequilibrio y enfermedad.