Home > Destacados > La presión de EEUU para imponer el maíz transgénico en México amenaza el patrimonio genético mundial de la Diversidad del Maíz

Desde 2020 el gobierno de Estados Unidos, bajo la influencia del lobby de los agronegocios, ha estado presionando al gobierno mexicano para revertir un decreto presidencial que prohíbe la importación de maíz transgénico, y el glifosato.

En diciembre de 2020, el presidente mexicano, Andrés López Obrador, firmó un decreto presidencial que prohibía la importación de maíz transgénico y del pesticida tóxico glifosato. Según el decreto, México eliminaría gradualmente el glifosato y cualquier agroquímico que lo contenga, y buscaría la sustitución total del maíz transgénico utilizado en los alimentos para el 31 de enero de 2024. México es la cuna de la biodiversidad del maíz y, desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, es el principal importador de maíz modificado genéticamente procedente de Estados Unidos.

El decreto, basado en el principio de precaución, los derechos humanos y con el objetivo de alcanzar una mayor sostenibilidad y soberanía alimentaria en uno de los puntos calientes de biodiversidad del mundo, ha causado revuelo entre los intereses de la agroindustria estadounidense. En los últimos 10 años, la importación de maíz al mercado mexicano ha aumentado un asombroso 179%, y 2022 registró la mayor importación, con 15,4 millones de toneladas métricas, por un valor de 4.920 millones de dólares. Más del 90% del maíz plantado en EE.UU. está modificado genéticamente y, por lo tanto, se le aplican pesticidas tóxicos que llegan al suministro de alimentos de México. Una alimentación basada en el consumo de maíz, ya que la comida se acompaña cotidianamente de tortillas elaboradas con maíz, aparte de varios alimentos tradicionales.

Pero independientemente de las preocupaciones sanitarias, los representantes de CropLife, uno de los mayores grupos de lobby del agronegocio, y Bayer-Monsanto han solicitado la intervención de las agencias gubernamentales estadounidenses para detener el decreto mexicano. En correos electrónicos intercambiados entre CropLife, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU y la Oficina de Representantes Comerciales de EEUU, CropLife advierte que si se permite que el decreto siga en marcha, abrirá la puerta a una mayor aplicación del principio de precaución en todo el hemisferio occidental y, como resultado, pondría en grave peligro los ingresos agrícolas de EEUU. Esencialmente, esta carta hace caso omiso de cualquier preocupación medioambiental o sanitaria planteada por el gobierno mexicano a favor de los beneficios de la agroindustria. La carta también incita a los funcionarios del gobierno de EE.UU. a utilizar las cláusulas del USMCA (Acuerdo Comercial México-Estados Unidos-Canadá), y los Acuerdos de la OMC sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, para iniciar acciones legales contra el gobierno mexicano. México y EE.UU., que ahora trabajan en conjunto con el lobby de los agronegocios, han estado en disputa por el decreto desde su emisión.

Estados Unidos también ha exigido conocer la justificación científica de la prohibición mexicana, y el Jefe de Comercio Agrícola de EE.UU., Doug McKalip, afirmó que la ciencia debería impulsar las decisiones políticas de México. También declaró: «Queremos asegurarnos de que hagan la ciencia, muestren su trabajo y tomen decisiones basadas en evaluaciones de riesgo». Una declaración irónica y paternalista considerando la vasta evidencia científica de los peligros de los pesticidas para la salud humana. La OMS también ha citado el glifosato como posible carcinógeno, junto con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). Además, en la Antología del Glifosato, recopilada por la organización argentina de abogados ambientalistas Naturaleza de Derechos, se recogen más de 830 artículos científicos diferentes sobre el impacto del glifosato en la salud. Como demuestran los Monsanto Papers, Monsanto conocía desde hace décadas la naturaleza cancerígena del glifosato. El glifosato y otros pesticidas también se han relacionado con sus efectos perjudiciales sobre las poblaciones de polinizadores.

En paralelo a estas disputas comerciales, Bayer-Monsanto ha sido objeto de críticas en todo el mundo, ya que las víctimas que desarrollaron cáncer debido a la exposición al glifosato han recurrido a la vía judicial contra la empresa. En Estados Unidos, Monsanto (ahora Bayer-Monsanto) se ha visto obligado a resolver más de 100.000 demandas interpuestas contra Roundup, el producto agroquímico original a base de glifosato, y ha pagado más de 11.000 millones de dólares a las víctimas que han desarrollado linfoma no Hodgkin debido al pesticida. Todavía hay 30.000 casos pendientes contra la empresa. Chile fue testigo de una disputa legal similar contra Bayer-Monsanto en 2019, donde la Organización de Consumidores y Usuarios (ODECU) de Chile ganó la demanda contra la empresa ante el 22º Juzgado Civil de Santiago, citando pruebas de un envenenamiento cancerígeno lento causado por la exposición. El glifosato también es el agroquímico más utilizado en México, con el 100% de su importación proviniendo de Estados Unidos y China.

Es importante señalar que los cultivos modificados genéticamente y los pesticidas como el glifosato van de la mano, ya que los cultivos transgénicos están hechos para ser resistentes a una carga cada vez mayor de pesticidas. Los riesgos para el medio ambiente y la salud de los cultivos transgénicos se deben a todo el proceso agroquímico e industrial que lleva inherente, incluidas las elevadas cantidades de residuos de plaguicidas.

México tiene un papel muy relevante en el mundo por ser el centro de origen del maíz mundial y el mayor reservorio de variedades de maíz nativo. Aunque históricamente México no ha permitido la siembra de maíz transgénico en el país, y utiliza principalmente variedades no transgénicas en la elaboración de tortillas, masa y otros alimentos tradicionales, todavía se han encontrado en el país plantaciones ilegales y contaminación genética. En  2001 se detectó contaminación transgénica en una región aislada de México, un estudio de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte determinó que esto había sucedido por la importación de maíz transgénico para alimentación pero que dado que el grano es viable como semilla había sido sembrado, lo cual es un peligro para la integridad del centro de origen del maíz. Bayer-Monsanto lleva presionando desde el desarrollo del maíz transgénico en los 90s para que México autorice su uso.

El decreto presidencial llegó como un intento de salvaguardar contra una mayor contaminación genética del patrimonio de la biodiversidad mexicana. El maíz transgénico puede causar la contaminación genética de las variedades autóctonas a través de la polinización cruzada, e históricamente ha causado la erosión genética masiva de la agrobiodiversidad en los lugares donde se ha permitido. Las variedades de maíz de México son producto de miles de años de paciencia, trabajo y cuidadosa selección por parte de los agricultores, que las han elegido por su valor nutritivo, su resistencia a las enfermedades y su adaptación a una gran variedad de ecosistemas. Una mayor erosión genética y contaminación de la biodiversidad sería una pérdida perjudicial para el mundo, ya que esta reserva genética es esencial para continuar con la producción mundial de maíz.

A pesar de las presiones de EE.UU., el gobierno mexicano se ha mantenido firme en su prohibición del glifosato, pero después de las negociaciones comerciales, México modificó el decreto de 2020 con un nuevo decreto presidencial el 13 de febrero de 2023. El nuevo decreto clarifica la prohibición de importación de maíz transgénico, permitiendo su uso en alimentación animal y productos industriales, mientras que mantiene la prohibición en su uso para consumo humano. La presión ejercida sobre México por el lobby de los agronegocios estadounidenses y sus representantes gubernamentales cooptados es una violación de la soberanía nacional de México y de las obligaciones del gobierno mexicano de proteger la salud de su pueblo, su invaluable patrimonio de biodiversidad agrícola y su soberanía alimentaria. Es una violación de los acuerdos internacionales firmados por México, incluido el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología.

Foto: Navdanya

En respuesta a las disputas, a principios de este mes el Movimiento de Mujeres Diversas por la Diversidad publicó una carta abierta en la que condenaba la intimidación de Estados Unidos para forzar la importación de maíz transgénico. Mujeres de todo el mundo firmaron la carta exigiendo que los gobiernos:

  • Detengan esta estrategia de presionar al Gobierno de México para que acepte el maíz transgénico. México es el reservorio genético del maíz a nivel mundial, que debemos preservar.
  • Reconozcan y acepten las decisiones políticas adoptadas democráticamente por un país soberano
  • Reconocer que las políticas de México se basan en evidencia científica internacional sólida que demuestra los impactos dañinos de los transgénicos y el glifosato en la salud humana y ambiental.
  • Reconocer que la biodiversidad del maíz en México es esencial para la soberanía alimentaria no sólo en México, sino a nivel mundial. Ningún organismo genéticamente modificado debe ser introducido en ningún país, especialmente si es un centro de diversidad.

Lean y apoyen la Carta Abierta de Mujeres Diversas por la Diversidad a los Líderes Mundiales